INKO

17/10/2017

Hoy se ha ido un ser querido de mi vida, mi querido camaleón Inko, y quiero desahogarme escribiendo unas palabras.

Para algunos quizás lo veían como un simple camaleón, pero para mí era más que eso, más que una mascota, era como un compañero para mí, como un hermano. Quizás algunas personas piensen que exagero diciendo eso de un camaleón, pero no me pueden entender ni a mí ni a mi familia, fue mi primera mascota, lo cuidábamos todos, y venían amigos a mi casa a verle, a ver al pequeño dragón. Cuando yo estaba enfermo en casa, era mi compañía, nunca me sentía solo porque sabía que estaba conmigo, me hacía mucha compañía ese pequeño camaleón que me miraba con sus ojitos y su característica cresta torcida. Muchas veces lo sacaba y lo dejaba andar por mis bolígrafos los cuales se agarraba con sus patitas, o lo dejábamos por el sofá que caminara o se colgara de las cortinas, y siempre antes de irme de casa, tanto yo como mis padres nos despedíamos de él y cuando volvíamos a casa lo íbamos a saludar, siempre lo hicimos hasta el final. Poco tiempo después se puso muy malito, casi para morirse, y nos dijeron en el veterinario que no duraría más de una semana, así que nos lo llevamos a casa, y con mucho esfuerzo conseguimos que comiera dándole papilla cada día, pinchándole antibióticos y dándole agua con una jeringuilla, y así fue como de una semana de vida consiguió salir para adelante, porque luchó hasta el final. Todo esto le dejó secuelas, haciendo que tuviera mucha artrosis, haciendo que su patita derecha trasera estuviera mal, pero aún con todas, seguía siendo el camaleón más bonito con unos colores únicos. Nunca lo dejamos de cuidar al máximo y alimentarlo, tanto con grillos y papilla, incluso comía canónigos que era algo que sorprendía a sus veterinarios, y no olvidar el agua que le daba mi mama cada noche con una jeringuilla y su medicación con sabor a fresa que le gustaba, y todo esto porque lo queríamos, queríamos a nuestro camaleón, y si alguien no puede entender esto que no se moleste en intentarlo, porque por mucho que diga no se puede entender por qué lo queríamos tanto, solo si has vivido con él y te gustan los animales y lo has cuidado haciendo todo lo posible por él, solo así lo comprenderás. Al final se puso muy malito, hicimos todo lo posible por él, y lucho hasta el final, como un campeón, como era él, y aún con todo seguía teniendo unos colores muy bonitos, más que ningún otro, pero se fue, y con él una parte de mí, pero sé que siempre vivirá en nuestros corazones y en nuestros recuerdos, nunca lo olvidaré, ni yo ni mis padres ni nadie.

Siempre estarás con nosotros mi pequeño camaleón, mi pequeño dragón.

Inko