El pasado 10 de julio de 2025, nuestra amada Dara cruzó el arcoíris. Su cuerpo ya no pudo más, vencido por las enfermedades, pero su alma sigue latiendo fuerte en cada rincón de nuestra casa y en nuestros corazones.
Dara no llegó a nosotros de forma casual. Fue una guerrera rescatada, con un pasado que solo ella conocía, pero que nunca dejó que la definiera. Desde el primer día que la adoptamos, nos regaló una lección de amor, nobleza y gratitud que jamás olvidaremos. Su ternura, su mirada profunda y su alegría al menor gesto de cariño hicieron que cada día a su lado fuera un regalo.
Queremos agradecer profundamente a la asociación Golden Fran por habernos dado la oportunidad de compartir nuestra vida con Dara. Gracias por confiar en nosotros para cuidarla, por permitirnos formar parte de su historia y por haber sido el puente que la llevó a su verdadero hogar. Nunca podremos expresar con palabras todo lo que significó para nosotros tenerla en nuestras vidas.
Dara fue inmensamente feliz. Amada, cuidada, respetada. Vivió rodeada de caricias, paseos, juegos y sobre todo, mucho amor. Su hermana perruna Cova, que siempre la acompañó, también la extraña profundamente. Pero sabemos que desde donde esté, Dara nos seguirá cuidando y moviendo su colita al viento, libre de dolor, libre al fin.
Gracias, Dara, por habernos elegido. Por enseñarnos tanto sin decir una palabra. Por llenarnos el alma.