No me gustaría empezar esta carta con una despedida porque sé que no lo será así. Sea como sea en esta vida o en cualquier otra estoy segura que nos volveremos a encontrar.
Sé que aunque pasen los años y con ello este dolor, cada vez será más controlable. Aún así no va a pasar ni un día sin que me acuerde de ti, sobretodo de cuando querías que te diéramos amor y ponías tu cabecita debajo de nuestras manos y ni mucho menos los ojos con los que nos mirabas, los cuales estoy segura de quien ha tenido la suerte de conocerte no va a olvidar nunca.
Nunca dejaré de amarte, no olvides por un segundo que eres el amor de mi vida y nunca dejarás de serlo.